Durante la época de Cuaresma se acostumbra preparar ciertos platillos, dentro de los cuales destaca un postre muy tradicional que es la Capirotada.
Se dice que su origen es de España, ya que se conoce una receta similar a la receta mexicana, que consiste en bañar trozos de pan con vinagre, capas de pollo, queso alcaparras y pepinos.
La receta llegó a la Nueva España durante la conquista y fue evolucionando hasta la receta que hoy conocemos, y fue hasta 1940 cuando la capirotada empezó a considerarse un plato típico de vigilia en Nuevo León, Sonora y Sinaloa
La receta varía de acuerdo a cada estado de la República e incluso depende de cada familia, pero de los ingredientes que más comúnmente se utilizan son:
Pan, piloncillo, canela, clavo, queso y grageas, dónde el pan queda remojado con el agua hervida con piloncillo, canela y clavo, complementada con diferentes ingredientes.
La capirotada tiene su simbolismo religioso y es lo que justamente hace que se consuma durante la cuaresma
El pan es el cuerpo de Cristo.
La miel o el piloncillo derretido sobre el pan significan la dulzura de la preciosa sangre de Jesús.
Los Clavos corresponden a los que fue clavado y las llagas.
La canela es la santa cruz donde se inmoló el señor por nuestra redención.
El queso que cubre el pan es el sudario de la Verónica y la sábana santa donde se envolvió a Cristo bajado de la cruz.
La grajea es un elemento moderno pero lo relacionan con la alegría de la Pascua y la resurrección que se espera.
Algunos cuentan que el objetivo de este platillo era aprovechar toda la comida sin desperdiciar ningún alimento. Por eso se utiliza pan frio (pan duro que quedó de días anteriores) o muchas personas también aprovechan las tortillas duras que les sobraban.