Sabemos que muchas de las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados eran consideradas muy sanguinarias, tanto que por medio de la evangelización, los españoles lograron erradicar la mayoría de ellas, dejando a un lado a los Dioses prehispánicos.
Eso fue lo que paso con la celebración del nacimiento de Huitzilopochtli, una de las tradiciones más importantes en el mes Panquetzaliztli (equivalente al mes de Diciembre).
Esta celebración tiene mucha similitud con las posadas que celebramos en la época decembrina. Los festejos duraban 20 días, durante los cuales todo el pueblo mexica participaba. Para simbolizar el nacimiento de Huitzilopochtli en el día 18, las hijas de Huitzilopochtli (quienes vivían en el templo durante un año de antes de casarse) formaban una imagen del Dios con una mezcla (tzoalli) que consistía en harina de amaranto, miel de maguey y maíz tostado, esta figura una vez terminada era presentada al pueblo, y era llevada a la capilla del templo, donde seria bendecida junto con los 400 "huesos y carne" hechos de tzoalli, que representaban a los 400 hermanos de Huitzilopochtli que mató al nacer.
En el día 20, todo el pueblo realizaba ayuno y solo podía comer pan de tzoalli sin beber agua hasta la puesta del sol. Una imagen de Painal (mensajero de Huitzilopochtli) también echa con tzoalli era llevada al juego de pelota donde eran sacrificados dos esclavos y dos prisioneros, y continuaba la procesión en un recorrido de 8 estaciones, en cada una había sacrificios y ofrendas.
Dos soldados llevaban unas estafetas hasta el patio de Huitzilopochtli, un sacerdote les cortaba una ojera y las aventaba a la figura de Tzoalli, ellos recibían a cambio una parte de la imagen de Huitzilopochtli para poder compartirla con su familia y gente de su barrio.
Para terminar los festejos, se llevaban a cabo varios sacrificios más, donde el gobernante se comía el corazón de uno de los sacrificados, la sangre de los sacrificados era rociada sobre la imagen de Huitzilopochtli para finalmente re partir la figura entre los teocuaque (los que han comido al Dios), y otras personas importantes, mientras que los 400 "huesos y carne" se repartían al pueblo.